
EXPOSICIÓN
Alessio De Marchis, arquitecto paisajista del siglo XVIII
de la colección de Aldo Poggi
Alessio De Marchis
Mucha agua ha pasado bajo el puente desde que Andrea Busiri Vici, incansable cernidor de la pintura paisajística romana entre los siglos XVI y XVIII, publicó en 1976 con el editor Ugo Bozzi Il Trittico paesistico romano del '700, una vasta encuesta sobre el arte de Paolo Anesi, Paolo Monaldi y Alessio De Marchis. Se trataba, pues, de devolver la plena dignidad crítica a los autores que habían acabado en el limbo de un cuadro clasificado como exclusivamente decorativo, ameno pero aproblemático y, por tanto, tenazmente alejado del rango de gran arte a pesar tanto de sus cualidades, que eran evidentes para cualquiera que quisiera reconocerlas, como de su representatividad de un gusto, una cultura, una civilización.
Junto con las obras de Salerno, Briganti y algunas otras, los apasionados esfuerzos de Busiri sirvieron, por un lado, para centrarse en un tema real (reposicionando adecuadamente en la escena artística de su tiempo los artistas mirados con suficiente aclamación de la crítica), mientras que, por otro lado, tuvieron el efecto de llamar la atención del mercado sobre maestros y géneros pictóricos considerados menores y poco valorados comercialmente. Se crearon así las condiciones para el relanzamiento de estos artistas y para la recepción de sus obras en las colecciones de los conocedores refinados o, simplemente, en las casas de una clase media alta de profesionales instruidos (categoría, ahinoi, hoy un poco "desarmada"), que por pasión, pero también, como es fisiológico, por ambición, espíritu de imitación, búsqueda de prestigio, se dirigieron a los cuadros antiguos y al preciosismo que, entonces más que hoy, les fue reconocido. El nuevo milenio, con sus crisis económicas a escala mundial, sancionaría entonces la recesión progresiva.
Después del libro de Busiri Vici, en los cuatro decenios siguientes la fortuna crítica de Alessio De Marchis pudo beneficiarse de pocas contribuciones más: esencialmente el volumen monográfico editado por Andrea Emiliani en 1992, Alessio De Marchis y su taller, centrado principalmente en la actividad del pintor entre las Marcas y Umbría, y recientemente la pequeña exposición Alessio De Marchis y los paisajistas en Roma entre los siglos VI y XVIII, organizada en 2016 en Bitonto en la Galería Nacional de Apulia "Girolamo e Rosaria Devanna".
La exposición que Bertolami Fine Art promueve y acoge hoy en la sala de su sede romana en el Palacio Caetani Lovatelli, diseñada por sus amigos Flavio y Sandro Poggi en homenaje a la amorosa colección de obras de De Marchis realizada por su padre Aldo a lo largo de toda su vida, pretende dar una representación adecuada de toda la producción del pintor, centrándose especialmente en su época romana. La selección de más de cuarenta obras autografiadas, acompañada de una digna reseña de pinturas realizadas por los protagonistas de la escena romana entre los siglos XVII y XVIII, pone plenamente de relieve la concepción refinada y culta de la pintura de paisaje de De Marchis, en la que, en una mezcla personal de alto lirismo, encuentran espacio las influencias vinculadas tanto a la tradición italiana como a la flamenca y holandesa.
Al asumir el proyecto de Flavio y Sandro Poggi, Bertolami Fine Art confirma su determinación de combinar su natural y primaria vocación comercial con una actividad de promoción cultural exquisitamente científica. De hecho, estamos convencidos de que, para quienes se preocupan por el cuidado, la difusión y la circulación del arte antiguo, es necesario fomentar el contacto, la familiaridad, la relación consciente y, por tanto, el disfrute por parte de un público cada vez más amplio, a través de una oferta cultural constante y cuidadosamente seleccionada. En este sentido, la exposición dedicada a Alessio De Marchis adquiere un valor ejemplar, formando parte de un círculo virtuoso entre el conocimiento, la protección, el aprecio, la comprensión y la aspiración a la posesión, capaz de hacer viva y actual nuestra relación con los antiguos, y destinada, a cambio, a proyectar sus reflejos positivos en el mercado.
Luca Bortolotti
Jefe del Departamento de Viejos Maestros Bertolami Fine Art